Pedacitos de rutina, pedacitos de mi vida.

domingo, 25 de enero de 2015

De abadías y tareas

Para muchos los domingos son horribles, siendo estos  la antesala al fastidioso lunes. Domingo: “el pobrecito día de la semana que no pudo ni podrá  ser querido por la gente” deberían decir los calendarios, las agendas, de boca en boca, las señoras en misa, los niños jugando, los fantasmas lamentando y los mortales olvidar ese odio indescifrable del domingo. Mi domingo huele a familia con un toque de recuerdos y tareas por hacer en las noches. El recuerdo por ese pedacito de alma que se te perdió quién sabe dónde, que lo sueñas, lo imaginas pero no está contigo, como lo quisieras encontrar en este momento y la verdad inefable de que cualquier alumno que se respeta (mejor dicho al que se le olvida todo), hace las tareas el domingo por la noche.
Sentada viendo la computadora, primero, empecé a buscar páginas relacionadas con la sustentabilidad y la literatura, después recordé los bosques y las caminatas que hacen algunos personajes de Jane Austen en sus libros; Marianne y la fiel lluvia que la acompaña en cada caminata que daba, Elizabeth Bennet caminando hasta Netherfield en busca de su hermana o Catherine, esa mujer con gran imaginación. ..

“Nadie que hubiera conocido a Catherine Morland en su infancia habría imaginado que el destino le reservaba un papel de heroína de novela. Ni su posición social ni el carácter de sus padres, ni siquiera la personalidad de la niña, favorecían tal suposición” (La abadía de Northanger, Jane Austen)


Evoco a esta última en estos momentos para que me ayude en mi suplicio semanal. Las analogías de este día me llevaron a recordar lo mucho que me gustan las heroínas de esta escritora y que, por supuesto, tengo tarea que necesita de mi atención, quizá Caty no estaba tan equivocada al relacionar la vida real con las novelas, al fin y al cabo ¿Qué es la realidad? ¿El reloj diciéndome que ya es tarde? ¿o el fantasmita que me dice que todavía la noche es joven? mejor le cambiaré el lema al domingo: el día que en que se hacen muchas analogías.

lunes, 19 de enero de 2015

Pensamientito

Últimamente, mi cabeza olvida muchas cosas importantes.
No la pierdo a ella, puesto que hemos estado juntas desde que nací, somos inseparables, aunque a veces no recuerdo que está arriba de mí, quizá, ella en un estado de desesperación ante tal suceso, viaja a otro mundo, en otra vida que le gusta más que la vive conmigo, imaginándose a un cuerpo que es inteligente y no es distraída. Le gustan las utopías, igual que a mí, por eso no nos llevamos tan mal y recordamos las cosas hasta al último o perdemos dos cosas al día, lo normal entre mi mente y yo.
Pero ahora, los demás pueden decirme a su conveniencia o como el momento lo indique, distraída, olvidadiza, idiota o burlarse en mi cara y lo aceptaría sin reproches.
Porque lo olvidaría.